10 de Julio 2025

Se espera que para el 2050 la población de personas mayores, quienes habitualmente requieren cuidado, alcance un tercio del país

La profesora Solange Campos, Subdirectora de Investigación de la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, lideró una investigación que pone foco en la experiencia de mujeres que enfrentan el trabajo remunerado y el cuidado de personas mayores en situación de dependencia. 

El estudio se titula “El doble turno: la experiencia de trabajar remuneradamente y cuidar a una persona mayor dependiente” y surge a partir del aumento de personas mayores en Chile, lo que conlleva un incremento en la demanda de quienes puedan ayudar cuando aparezca algún nivel de dependencia. “Esta realidad está bastante invisibilizada, ya que generalmente se asume que las mujeres cuidadoras no tienen un trabajo remunerado, sin embargo, existe un grupo importante que realiza este doble rol y no se sabe cómo viven esta multiplicidad de roles”, indica la académica de Enfermería UC. 

“Existe un grupo significativo de mujeres que cumple este doble rol y sobre quienes existe muy poca información. La investigación buscó visibilizar esta realidad, comprender cómo viven esta multiplicidad de tareas y qué implicancias tiene para su bienestar y para el diseño de políticas públicas”, explica la profesora Campos. 

El proyecto interdisciplinario incluyó a las carreras de enfermería, psicología, sociología y diseño, además de estudiantes colaboradoras de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad de Hagen, Alemania. “La diversidad de disciplinas y metodologías aportó sin duda a un análisis más amplio y a la vez profundo, enriqueciendo los resultados y permitiendo una comprensión más integral de las múltiples realidades que enfrentan las mujeres que cuidan y trabajan”, añade Solange. 

Este enfoque permite observar en detalle la vida cotidiana de las participantes entrevistadas, con el fin de comprender el impacto físico, psicológico y sus relaciones familiares y laborales. “Esta multiplicidad de roles se manifiesta en distintos ámbitos. En el plano físico, se traduce en dolencias derivadas del cansancio acumulado y del esfuerzo que implica asistir a personas dependientes en tareas como la higiene personal o el traslado de quienes tienen movilidad reducida. En el ámbito psicológico, emergen emociones sostenidas en el tiempo, tales como tristeza, agotamiento, nerviosismo y síntomas depresivos, entre otras”, recalca. 

Según los primeros resultados del CENSO 2024, se observa un aumento en el porcentaje de personas de 65 años o más, lo que se traduce en un 14% de la población. Se espera que para el año 2050 alcance a alrededor de un tercio de esta. Debido a lo poco visibilizada que está dicha realidad, la investigadora hace un llamado a mejorar las políticas públicas, para que estas consideren y apoyen la necesidad de estas mujeres que afrontan estas responsabilidades. 

De esta manera, se propone “un trabajo flexible en cuanto a modalidad y horario, no restringir la entrega de estipendios por realizar un trabajo, informar de los beneficios existentes y cómo acceder a ellos”. Según indica Solange, estos puntos permitirían a las mujeres poder seguir trabajando de una manera saludable para ellas y para quienes cuidan.