Este gesto es un reconocimiento a la vocación y compromiso que hace más de cinco décadas marcó la vida de quienes fueron parte de la generación 1971 de enfermeras y enfermeros de la Pontificia Universidad Católica de Chile
En el marco de la conmemoración de los 75 años de la Escuela de Enfermería UC, la generación que ingresó en 1967 y se tituló en 1971 preparó una emotiva presentación que reúne recuerdos, agradecimientos y reconocimientos a compañeras que han dejado una huella en la profesión.
“Pensamos que, siendo los 75 años de la Escuela, un aniversario tan importante, y nosotras cumpliendo 54 años de tituladas, era la oportunidad perfecta para recordar y agradecer a nuestra Escuela el sello que nos marcó en lo personal y lo profesional”, cuenta Liliana Véliz, integrante de la generación.

Una historia que comenzó en Lira 41
El grupo recuerda con especial emoción su paso por la antigua sede de la Escuela en calle Lira 41, donde vivieron experiencias que fortalecieron su vocación. Entre ellas, destacan las visitas domiciliarias en comunas vulnerables de la zona suroriente de Santiago, instancias que les permitieron conocer la realidad de las familias y reforzar la importancia de la enfermería comunitaria.
“Íbamos con nuestro uniforme gris, que no nos gustaba mucho, pero eso no nos quitaba el entusiasmo. Esas experiencias nos dieron una perspectiva de realidad notable”, señala Véliz.
Un homenaje a 11 compañeras
En esta ocasión, la generación decidió distinguir a once enfermeras que se han destacado por su trayectoria profesional y compromiso con la disciplina. Entre los criterios se consideraron aspectos como la permanencia activa en la profesión, las contribuciones significativas a la enfermería en Chile, la innovación y el emprendimiento en su época, y más de dos décadas de servicio en una misma institución.
Las homenajeadas fueron: Sonia Jaimovich, Patricia Grau, Marla Solari, Paulina Mondaca, Josefina Aguirre, Marta Varas, Patricia Cifuentes, Florencia Parga, Gloria Godoy, María Inés Sáez y Liliana Véliz.
Mensaje a las nuevas generaciones
Consciente de los avances científicos y tecnológicos que hoy marcan la profesión, la generación de 1971 quiso transmitir un mensaje a las y los futuros profesionales: “Independiente del gran avance y conocimiento en que les tocará trabajar, no renuncien jamás a la vocación más profunda de la enfermería: la atención personal, integral, empática y humanizada”.
A pesar del paso del tiempo, el grupo ha mantenido una relación cercana que se refleja en reuniones periódicas y la creación de videos conmemorativos en cada aniversario de titulación. “Mantener el vínculo fortalece nuestra identidad profesional y nos recuerda el prestigio de la Escuela de Enfermería UC, del cual nos sentimos orgullosas”, agrega Véliz.
Más allá de los distintos caminos laborales que cada una siguió, todas coinciden en que la impronta del sello UC se hizo presente en su quehacer, tanto en Chile como en el extranjero. “Es emocionante encontrarnos en nuestro diario vivir con colegas de la UC. Ese orgullo permanece intacto”, concluye.
