Durante estos cinco años, tuve muchos hitos que me marcaron y modelaron como alumna, como interna y hoy como egresada, muy pronta a recibir mi título profesional. El que más destaco fue el haber sido alumna ayudante.
Mi camino comenzó el segundo semestre de mi segundo año de carrera, donde fui parte de los equipos de Prevención y Manejo de Accidentes y Cuidados de Enfermería. Esta labor constituyó un enorme desafío, ya que implicaba una gran responsabilidad: transmitir mis conocimientos a las nuevas generaciones y ayudarles en sus procesos de aprendizaje. En esta etapa tuve que esforzarme para cumplir con mi rol de ayudante y de alumna de los cursos que me correspondían. Finalmente, logré sortear el desafío con éxito, pero lo más importante fue el aporte personal y profesional que me entregó cada ayudantía, lo que me hace sentir que valió la pena el esfuerzo.
Luego, se fueron sumando otros cursos: Experiencia Clínica Integradora, donde mi rol consistía en enseñar a los alumnos procedimientos básicos de enfermería, que les servirían para comenzar con prácticas clínicas más complejas. También, Cuidados de Enfermería en el Adulto y Adulto Mayor, que sin duda constituye uno de los cursos más difíciles, pero que me ayudó mucho a crecer como enfermera. Ahí tuve la oportunidad de formar parte del equipo durante dos semestres, donde adquirí habilidades relacionadas con la docencia. Sin dudas, una oportunidad muy valorada para mi futuro profesional.
Otro de los grandes desafíos fue Cuidados de Enfermería en la Mujer y el Recién Nacido. Comencé con este curso ya siendo interna del tramo de enfermera matrona, lo que me sirvió para reafirmar mi elección y vocación por la docencia.
Descubrí, también, otra faceta mía en la Simulación, gracias a los cursos Cuidados de Enfermería en la Mujer y el Recién Nacido y Cuidados de Enfermería en el Recién Nacido. Ahí tuve distintos roles, lo más cercanos a la realidad clínica posible, para que los alumnos pudiesen atender a un paciente simulado en un ambiente protegido y, así, enfrentaran con mayor preparación sus prácticas clínicas.
Todas estas experiencias me sirvieron para crecer como profesional, reafirmar mi vocación por la enfermería y por la docencia. Siento que, de una manera u otra, he contribuido con un pequeño granito de arena para formar nuevas generaciones de enfermeras.
“Agradezco enormemente toda la confianza que las profesoras con las que he trabajado han depositado en mí, ya que, sin ser la alumna más brillante, donde mis calificaciones estaban en el promedio, me dieron la oportunidad de pertenecer a sus equipos, valorando mis ganas de crecer, la motivación por ser cada vez mejor y la pasión por la labor realizada”.
“Me llevo hermosos recuerdos de la Escuela; de todos y cada uno de los alumnos que alguna vez participaron en mis ayudantías, de todas las horas de trabajo invertidas para que cada curso funcionara de la mejor manera posible, de cada una de las docentes, ya casi colegas, con las que tuve la oportunidad de trabajar”.
“Espero que esto sea un hasta pronto. Prometo seguir creciendo como profesional para en un futuro volver con muchas más herramientas y, así, seguir ayudando a formar nuevos profesionales en el arte de cuidar”.
Se despide afectuosamente.
Valentina García Portuguez
Ayudante
Egresada EEUC
Tramo Enfermera Matrona