Una vez que tomó la decisión ya no había vuelta atrás. Quiso hacer un cambio en su vida, para emprender un viaje que la transformaría por completo. Motivada por su latente vocación social, nuestra alumna Zaida Sepúlveda realizó un voluntariado en Chad, África, siendo nuestra primera estudiante en atreverse a vivir esta experiencia.
Pese a registrar progreso en sus índices sociales y económicos, la última medición del Índice de Desarrollo Humano ubica a Chad en el puesto 186 de 188, con una expectativa de vida que no supera los 52 años. Es un país que batalla día a día contra las altas tasas de muertes por VIH, malaria y enfermedades diarreicas. Por eso, surge este proyecto en el 2009, cuando profesionales de la Facultad de Medicina UC emprenden su rumbo y así, prestar ayuda humanitaria en áreas necesarias.
“Me gusta la enfermería y quería conocerla en todos sus ámbitos Me llamaba mucho la atención el tener la oportunidad de conocerla en un ambiente totalmente diferente y poder ver cómo se trabaja la enfermería en otros lados”, destaca Zaida.
Durante un mes, fue parte de la delegación de profesionales de la salud Hospital Clínico UC CHRISTUS y de la Facultad de Medicina UC que llegó a Chad, para realizar múltiples operativos sanitarios. De esta forma, cumplió su internado intrahospitalario en el Complejo Hospitalario-Universitario El Buen Samaritano (CHU-BS). “Allá conocí gente genial, que ama realmente lo que hace. También gente que era de allá, muy motivada y que querían aprender mucho y que estaban súper abierta a lo que nosotros les podíamos decir y enseñar. Eso también nos hizo aprender mucho. Fue una experiencia muy enriquecedora, profesional y personalmente”, agrega.
Uno de los problemas que tuvo que vivir fue la barrera idiomática o el hecho de contar con pocos recursos para trabajar, situaciones que hoy valora, agradece, pues le sirvieron para crecer. “Fue difícil cuestionarse por qué pasaban cosas que aquí no pasan o por qué moría gente que acá no hubiera muerto… verse en dificultades y tener que buscártelas por todos lados hasta encontrar una solución, siento que me ayudó mucho. Fue un reto para mí. Aprendí que no siempre se tiene todo a mano, pero que siempre hay formas de encontrar una solución. Entendí que el «no se puede hacer nada» no existe y siempre hay algo que podemos hacer, aunque sea en menor medida o solo para dar confort a la persona. Siempre se puede hacer algo”, reconoce.
Hoy Zaida está de vuelta en Chile, pero con su compromiso social latiendo más fuerte que nunca. Está motivada a volver en algún momento de su vida, para ayudar a los más necesitados desde la vereda que más sabe: la enfermería.
Pueder leer más de su experiencia y de esta pasantía aquí.
¡Felicitamos a Zaida por atreverse y valoramos su enorme compromiso social!