Skip to content

Horario de verano: ¿Cómo nos afecta?

Agosto 8, 2018


photo_camera

Este sábado 11 de agosto tendremos que adelantar una hora nuestros relojes, dando inicio al horario de verano. Así, tendremos días más largos y con más luz solar, lo que es considerado para muchos positivo; pero puede traer algunos desajustes en nuestro organismo.

Patricia Masalán, directora de Extensión y Educación Continua de la Escuela de Enfermería UC y encargada del diplomado en Estrategias de manejo de alteraciones del sueño, quien, además, se ha especializado en trastornos del sueño en Chile y el extranjero, recomienda que unos dos o tres días antes de este cambio de hora, comencemos a acostarnos quince minutos antes de lo habitual. De esta forma, al adelantar cuarenta y cinco minutos más de sueño, no sentiremos el impacto de la hora que perderemos este sábado. Como las mañanas serán más oscuras, también aconseja exponernos a luz artificial, ojalá fría o llamada también luz día, al momento de despertarnos.

¿Qué otras medidas podemos tomar?

-Extremar las medidas clásicas de higiene del sueño es lo más adecuado para este caso, tales como mantener el horario constante para acostarse y levantarse, hidratarse, comer sano, evitar ejercicios intensos por lo menos tres horas antes de dormir, evitar exponerse a pantallas o luces mínimo dos horas antes de disponerse a dormir, después de las 20 horas usar luces bajas, cálidas e indirectas. La siesta debe ser considerada solo como una ayuda para tomar un poco de energía durante el día, si es necesaria, y no debe exceder los treinta minutos, ya que ésta no recupera el sueño perdido y aún más, si la excedemos, podría quitarnos el sueño de la noche siguiente.

¿Qué consecuencias puede traer este cambio de hora para nuestro organismo?

– Quizás este cambio de horario puede afectar un poquito más que el de invierno, ya que es justamente el adelantar la hora, que, en el fondo, el primer día quedamos con una hora menos de sueño, y muchas veces las personas lo sienten a distintos grados. Cuando existen pequeños cambios en nuestro ritmo circadiano, el organismo se resiente rápidamente. Así, pueden presentarse dolores de cabeza, cambios en los estados de ánimo, sensaciones de hambre y la calidad del sueño. Además, mientras tanto llega el verano, aún tendremos horas de oscuridad por la mañana, que es justamente lo que hace que las personas amanezcan con más sensación de cansancio o de no haber dormido suficiente. El nivel de alerta podría estar más bajo durante las primeras horas de la mañana, e incluso, podría haber sensación de cansancio o fatiga.

¿Y quiénes se ven más afectados?

-Quienes se ven más afectados son los niños y los adultos mayores.