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Cambio de hora: ¿Cómo afrontarlo?

Septiembre 6, 2019


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Los días comienzan a ser más largos y menos fríos, lo que anuncia la llegada de la primavera. También, implica adelantar sesenta minutos nuestros relojes para dar inicio al horario de verano, lo que tendremos que hacer este sábado 07 de septiembre.

Pero, ¿cómo enfrentarlo? ¿Cómo nos afecta? ¿Se altera nuestra calidad de sueño? Podemos tener muchas dudas al respecto, por lo que conversamos con nuestra investigadora y directora de Extensión y Educación Continua, Patricia Masalán, quien además se ha especializado en trastornos del sueño en Chile y el extranjero, luego de padecer de insomnio y lograr solucionarlo con acciones cognitivas conductuales. Actualmente, está a cargo de nuestro diplomado en Estrategias de manejo de alteraciones del sueño.

Nuestra experta recomienda que, unos dos o tres días antes, nos acostemos quince minutos. Así, no sentiremos el impacto de la hora que perderemos este sábado. Como las mañanas serán más oscuras, también aconseja exponernos a luz artificial, ojalá fría o llamada también luz día, al momento de despertarnos.

¿Cómo esta medida afecta a nuestro organismo?

-Quizás este cambio de horario puede afectar un poquito más que el de invierno, ya que es justamente el adelantar la hora, que, en el fondo, el primer día quedamos con una hora menos de sueño, y muchas veces las personas lo sienten a distintos grados. Cuando existen pequeños cambios en nuestro ritmo circadiano, el organismo se resiente rápidamente. Así, pueden presentarse dolores de cabeza, cambios en los estados de ánimo, sensaciones de hambre y la calidad del sueño. Además, mientras tanto llega el verano, aún tendremos horas de oscuridad por la mañana, que es justamente lo que hace que las personas amanezcan con más sensación de cansancio o de no haber dormido suficiente. El nivel de alerta podría estar más bajo durante las primeras horas de la mañana, e incluso, podría haber sensación de cansancio o fatiga.

¿Y qué medidas podemos tomar para revertir esto?

-Extremar las medidas clásicas de higiene del sueño es lo más adecuado para este caso, tales como mantener el horario constante para acostarse y levantarse, hidratarse, comer sano, evitar ejercicios intensos por lo menos tres horas antes de dormir, evitar exponerse a pantallas o luces mínimo dos horas antes de disponerse a dormir, después de las 20 horas usar luces bajas, cálidas e indirectas. La siesta debe ser considerada solo como una ayuda para tomar un poco de energía durante el día, si es necesaria, y no debe exceder los treinta minutos, ya que ésta no recupera el sueño perdido y aún más, si la excedemos, podría quitarnos el sueño de la noche siguiente.

Al seguir estas medidas, nuestra calidad del sueño no se verá afecta y podremos disfrutar al máximo las horas de luz solar que tendremos con la llegada de la primavera.